tag:blogger.com,1999:blog-42771807663779948692024-03-13T17:16:41.011+01:00Cuentos íntimos | Erótica servicios editorialesPatricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.comBlogger8125tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-48472596900415695352015-09-09T20:29:00.001+02:002015-09-09T21:23:45.939+02:00Claves para desarrollar la sensualidad + Guía<div style="text-align: justify;">
He olvidado hablar de la sensualidad como parte del trabajo erótico. Fallo mío. </div>
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<b>Un texto erótico tiene que ser necesariamente sensual y no siempre en un sentido sexual. </b>El arte de la sensualidad, al principio de los tiempos, era el despertar de las emociones y los sentidos. Estimular los sentidos es lo que provoca una respuesta física o emocional en las personas. Ahora parece que hemos olvidado que <b>lo erótico es una respuesta a un impulso</b> que nace en la mente de quién ha recibido ese impacto. </div>
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<br /></div>
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En nuestro trabajo como escritores, esta provocación que logra erizar la piel de nuestros lectores pasa por varios caminos antes de llegar al público. De nuestra imaginación a la hoja en blanco, de ahí a una novela, y al final, al lector. Pero cuentan otros muchos factores. </div>
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<br /></div>
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Una novela es algo muy complejo, ya lo sabéis. Yo estoy acostumbrada a escribir relatos cortos, de no más de cinco mil palabras, dónde cuento breves historias siempre centrada en una relación erótica. Me gusta porque puedo utilizar algo tan íntimo como la exposición física y emocional que supone el sexo para narrar emociones que de otra manera, no sabría explicar. Poniendo a prueba la mente y las emociones de los personajes, consigo transmitir una historia. Esa es mi forma de trabajar. </div>
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<br />
<a name='more'></a></div>
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Por eso, <b>cuando leo novelas eróticas dónde solo hay narraciones de cama, besos y caricias, me suelo aburrir bastante. Así que en este artículo voy a intentar explicar algunas de las cosas más importantes a tener en cuenta a la hora de plantear una escena erótica.</b></div>
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<br /></div>
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<i>(No voy a empezar diciendo si la escena es necesaria o no para el desarrollo de la novela; vamos a partir de la base de que sí.)</i></div>
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<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">La sensualidad </span></b></div>
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<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i><b>sensual</b>.</i><i>(Del lat. sensuālis).<br />
</i><br />
<ol>
<li><i><i>adj. Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos.</i></i></li>
<i>
<li><i>adj. Se dice de los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos.</i></li>
<li><i>adj. Perteneciente o relativo al deseo sexual.</i></li>
</i></ol>
</blockquote>
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<br /></div>
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<b>Para que exista sensualidad, ha de existir una atracción entre dos personajes. Para que un lector no se aburra leyendo, ha de existir una justificación sensual </b>hacia el acto que se va a desarrollar. No basta con decir que un personaje se siente atraído por el otro. No. No es suficiente con eso. No basta para escribir veinte páginas de sexo acrobático. </div>
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<br /></div>
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<b>Ha de haber una causa y hay que implicar al lector.</b> ¿Cómo? Explicando esa atracción. Poniendo sobre el papel las emociones y sentidos que se han estimulado en el personaje —y no me refiero solo a la reacción física, como endurecer un miembro o humedecer la ropa interior—. Hay algo más, mucho más. </div>
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<br /></div>
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Hay pulso acelerado. Cambio en el ritmo respiratorio. Sudor en las manos. Calor. Ansiedad. Chisporroteo. Estremecimientos. Piel erizada. Pupilas dilatadas. Esto no son más que estímulos físicos, pero también juegan un papel importante los estímulos mentales y emocionales. Así pues, haz partícipe al lector de la sensualidad del momento. Utiliza el entorno para crear un ambiente. No tiene porque ser una habitación con una cama roja, puede ser cualquier lugar, ya que en el momento en que uno de los dos toma conciencia sensual de otro personaje, puede suceder en cualquier parte. </div>
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<br /></div>
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Puedes jugar con la luz. Con el sonido. Con la temperatura. Eres un director de escena, controla todos los elementos y envuelve a los personajes en una atmósfera propicia para lograr una mejor inmersión en el desarrollo del relato. <b>Acércalo hacia tus personajes y ofrécele detalles para que pueda ponerse en su piel. </b></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Tensión</b></span></div>
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<br /></div>
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Esto es algo esencial a la hora de desarrollar una trama cargada de sensualidad y erotismo. La tensión erótica de la que hablábamos hace poco. </div>
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<br /></div>
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Has iniciado un momento cargado de sensualidad. <b>Si resuelves demasiado deprisa esa atracción, pierdes la oportunidad perfecta para atrapar al lector. Pero, si retrasas la narración erótica y alargas la espera, harás que caiga en tus redes y se interese por saber cómo acabará la historia.</b> O, al menos, te leerá hasta que haya una culminación sexual. </div>
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<br /></div>
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Juega con las situaciones. Haz que los personajes se crucen. Si los personajes se ven todos los días, deja caer gotas de información. El lector es un consumidor ávido, querrá todos los detalles, cuanto menos des, más atractivo resultará. </div>
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<br /></div>
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Pero la tensión no se limita solo a situaciones fuera de la cama, o a una conversación. Ha de existir tensión durante una narración erótica. Cuanta más tensión se genere, el lector seguirá leyendo hasta encontrar el desenlace. Sabe perfectamente lo que va a pasar, y lo busca. Dale lo que quiere. </div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Ritmo</span></b></div>
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<b>Una escena de cama aburre.</b> Cuando llevas trescientas escenas de sexo escritas a tus espaldas, no solo te cansa escribirlas, te cansa leerlas. Una escena de sexo de más de dos páginas es lo más soporífero que vas a encontrar en una novela erótica. ¿Por qué? Por la falta de ritmo. </div>
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<br /></div>
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Ya hablamos del impacto inicial en la <a href="http://eroticaservicioseditoriales.blogspot.com/2015/06/articulo-guia-introductoria-para.html" target="_blank">guía para escribir escenas eróticas</a>, la importancia de encontrar el momento exacto para dar comienzo al volcán de emociones entre los personajes. Y también comentamos que el tono y el estilo tenían que ir en consonancia con el tipo de narración que el escritor quiera hacer. </div>
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<br /></div>
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A todo eso hay que añadirle ritmo. </div>
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<br /></div>
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<b>El sexo es como bailar. </b>Si no hay ritmo, si no hay pasión, al final acabas meneando las caderas como si tuvieras una barra de hierro en lugar de espina dorsal —o que, sencillamente, llevas un palo de escoba metido por el trasero—. No me voy a meter en cómo cada cual hace las cosa en su casa, pero sin ritmo, lo más probable es que aburras al lector —y a la persona que esté contigo en la cama—. </div>
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<br /></div>
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<b>El ritmo varía según el objetivo de la narración. Igual que tienes que evitar que tu lector se aburra leyéndote durante las trescientas páginas que dura tu historia, hay que evitar que se aburra con la escena erótica. </b>Así pues, deja que fluya. </div>
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<br /></div>
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Un error bastante común es describir, con detalle, lo que está pasando. Una caricia aquí, un beso allá, una penetración en un momento dado. Sí. Vale. Pero no hay que hacerlo de forma mecánica, no hay que seguir un patrón como cuando describes a una persona, que vas de arriba abajo señalando todo lo que viste. </div>
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<br /></div>
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Por eso, os dejo una <b>guía rápida para desarrollar una escena con ritmo</b>:</div>
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</div>
<ul>
<li>1.— Describe las acciones de ambos personajes. Aunque estés dentro del PoV de uno de ellos, actúan dos personas —o tres—. No te centres solo en uno, juega a intercambiar los movimientos de uno y de otro. Sí, como un en un baile.</li>
<li>2.— Si tu escena es corta e intensa, utiliza frases cortas y jamás emplees más de dos adjetivos. Con uno sobra. Los adjetivos, y los verbos, no se regalan.<br />
<ul>
<li>2.1.— Si tu escena es larga, utiliza frases un poco más elaboradas y subordinadas (pero no vayas de Shakespeare y no subordines hasta el infinito); emplea al menos dos o tres adjetivos cuando quieras concretar algo que sea especialmente apasionante.</li>
<li>2.2.— Por mi experiencia escribiendo, suelo tender a veces hacia la exageración, y recargar las frases para ganar impacto. Cuando hayas recargado tu texto, repásalo y borra unas cuantas palabras.</li>
</ul>
</li>
<li>3.— No llames a todas las cosas por su nombre. Esto no es un manual de anatomía básica, si empiezas a repetir las mismas palabras en el mismo párrafo, el ritmo se vendrá abajo.<br />
<ul>
<li>3.1.— Tampoco busques complejos sinónimos para todo. Haz una combinación.</li>
<ul>
<li>3.1.1.— Mejor no te centres tanto en una única parte del cuerpo.</li>
</ul>
</ul>
</li>
<li>4.— Ponle pasión. Cuanta más energía pongas a tu relato, más se notará la acción. Si escribes con tiento, o con pudor, esa narración quedará encorsetada. Deja que fluya, no pienses en tus personajes, ni pienses en tus propias emociones. No tengas miedo.<br />
<ul>
<li>4.1.— Son tus personajes y te los f... como quieras. Seguro que si tuvieras que traumatizarlos o hacerlos llorar porque han atropellado a su mascota, no tendrías tantos prejuicios.</li>
</ul>
</li>
<li>5.— El final de una relación, el momento del clímax, es la parte más difícil. No basta con un “<i>tuvo un orgasmo tremendo</i>” y ya está. Para tus personajes eso ha tenido que significar algo, de lo contrario, no lo habrías escrito. ¿No?<br />
<ul>
<li>5.1.— ¿El clímax ha sido igual de tremendo para los dos? ¿Qué ha sentido un personaje? ¿Qué ha sentido el otro?</li>
</ul>
</li>
</ul>
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<br /></div>
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Eso es todo por hoy. <b>¿Qué os ha parecido? ¿Cómo desarrolláis el erotismo en vuestros escritos? ¿Qué trucos aportaríais para dar sensualidad?</b></div>
Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-92184572987162798262015-09-02T09:30:00.000+02:002015-09-02T10:57:12.317+02:00Generando tensión erótica <div style="text-align: justify;">
¿Cuando estamos ante una situación erótica? En el mundo real, <b>el momento erótico es aquel en el que se despiertan o estimulan los sentidos y obtenemos una respuesta física al placer que nos produce.</b> Esta excitación acelera la frecuencia cardíaca y el ritmo de la respiración, sobrecarga los sentidos, aumenta la sensibilidad y deja la puerta abierta a las emociones.</div>
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<br /></div>
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En una historia erótica, también. </div>
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<br /></div>
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Pero, <b>¿cómo podemos saber que eso que vamos a escribir tiene la potencia erótica necesaria para sustentar toda la escena siguiente?</b> <b>Generar una situación erótica y mantenerla el resto del relato es una tarea laboriosa</b> que no hay que perder de vista. Es necesario alimentarla, alentarla para que no decaiga ni aburra. <b>No todas las situaciones eróticas que generamos tienen el mismo grado de intensidad, así como tampoco todas acaban con los personajes en posición horizontal —o vertical—. </b></div>
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<br /></div>
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Una situación erótica es aquella en la que los sentidos se despiertan ante un estímulo exterior, sea del tipo que sea. Un personaje observa a otro y hay una reacción química entre ellos. Un personaje escucha una palabra que evoca recuerdos sudorosos y su imaginación se estimula.</div>
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<br /></div>
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Hace poco leía un comentario en una red social en el que una lectora —no muy lectora, precisamente por ese comentario tan poco apropiado— preguntaba a sus seguidores si en una novela erótica era necesario leer una descripción sobre el aroma que interpretaba un personaje masculino cuando se encontraba frente al femenino. Ponía un texto de ejemplo en el que el protagonista hablaba del olor que desprendía una chica, describiendo al detalle todo lo que evocaba en él: cítricos, vainilla, canela… La autora de ese comentario decía que ella se aburría leyendo esas cosas, que para ella no despertaba ningún interés. </div>
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<br /></div>
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Está claro que la erótica de hoy en día ha cambiado de forma radical. En novelas de romance erótico ese tipo de descripciones son fundamentales; lamentablemente, ahora no lo son tanto. De todos modos, la queja de la lectora tenía algo de fundamente, el ejemplo era exageradamente largo, con al menos una docena de adjetivos para una sola cosa. </div>
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<br /></div>
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Es verdad que leer algo así aburre. Pero la respuesta a si se debe leer en una novela erótica el olor de un personaje, sí. ¿Se debe escribir? La respuesta sigue siendo sí. ¿Por qué? <b>Porque un contexto erótico es lo que nos permita generar la tensión y ayudar a que la situación sea lo suficientemente exótica para llamar nuestra atención. Evocando los sentidos del lector llegaremos a sacudir sus emociones y generar tensión. </b></div>
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<b></b></div>
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</b> <br />
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<span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>Generando una </b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>situación erótica</b></span></div>
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<br /></div>
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<b>El erotismo está en los pequeños detalles. Cuanto más diminutos o inofensivos sean estos detalles, la carga erótica es mucho más intensa. </b>Las cosas que vemos o tocamos pueden no tener nada que ver con el sexo, sin embargo nosotros, como escritores, podemos generar un contexto para convertir esas cosas y esos detalles en algo que despierte la sensibilidad de los personajes y dispare su imaginación. </div>
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<br /></div>
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Una situación erótica no debe ser necesariamente física. Ni siquiera es necesario que haya un contacto directo entre dos personajes.<b> La estimulación erótica comienza en el cerebro de las personas, en su imaginación, para luego continuar con la parte física. Así que, para empezar, hace falta estimular la imaginación. ¿De qué manera?</b></div>
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<br /></div>
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Volviendo a nuestro ejemplo anterior —el de los aromas—, lo ideal es utilizar uno de los sentidos del personaje. El olor es uno de los sentidos más sensibles y evocadores que existen, más que el tacto y casi tan poderoso como el sabor. El problema del sabor es que hay que meterse en la boca algo para saborearlo mientras que el radio de acción del olfato es un poco más amplio. Seguro que muchas veces habéis pasado delante de una panadería y el olor a pan horneado ha disparado recuerdos agradables, igual que cuando oléis la ropa limpia os acordáis de cuando eráis pequeños. Un símil más cercano para lectores es aquel momento en el que abrís un libro y aspiráis ese aroma a tinta impresa sobre papel nuevo. ¿A qué os acordáis de cosas increíbles? Por eso cuando en algún otro lugar oléis algo parecido a un libro nuevo, os vienen a la mente vuestras lecturas favoritas. </div>
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<br /></div>
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Eso es un momento erótico. No es una respuesta física o sexual hacia los libros, pero despierta vuestra sensibilidad y, por tanto, vuestras emociones. <b>Es lo que queremos conseguir con el lector, evocar cosas agradables. </b></div>
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<br /></div>
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He aquí unas cuantas situaciones eróticas para que vayáis practicándolas. Dependiendo del uso o de la intención que queréis darle a la historia, podéis utilizar una u otra. Esto no es cuestión de usarlo como si fuera una lista de cosas, para despertar el erotismo —y, repito, despertar erotismo no es dar inicio a una narración sexual, sino generar tensión erótica entre los personajes— hay que saber cuándo emplear una manera o la otra. </div>
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<li><span style="font-family: inherit; font-size: large;"><b>La tensión en los diálogos</b></span></li>
</ul>
</div>
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<b>Las frases hechas, las bromas y los dobles sentidos juegan un papel importante en el entramado erótico. </b>Las discusiones, por ejemplo, generan tensión; provocando los nervios del lector al leer cómo los personajes discuten, se logra una respuesta a ese impulso. Si en medio de esa discusión uno de los personajes dice algo al otro, pueden acabar retozando sobre desnudos sobre la alfombra.</div>
<br />
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<br /></div>
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Alimentar el fuego de la tensión sexual mediante discusiones es un recurso muy útil pero, cuidado, las discusiones suelen ser absurdas vistas desde fuera. Hay que evitar las pataletas o las rabietas e intentar que la discusión tenga su razón de ser. Un enfado por que sí es absurdo, tanto en una novela corriente como erótica. Y desde luego que si la discusión ilógica está dentro de una novela erótica, puede que la tensión sexual se enfríe lo suficiente como para no motivar en absoluto al lector. </div>
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<br /></div>
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</div>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit; font-size: large;"><b>El poder de los recuerdos</b></span></li>
</ul>
<br />
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<b>Un personaje puede estar mirando algo y recordar lo que una vez hizo —o encontrarse en un lugar, en una situación concreta o a una hora determinada— dentro de un contexto erótico. </b>Este es un recurso sencillo, haz que tu protagonista observe, por ejemplo, las gotas de lluvia deslizándose por el vidrio de una ventana. Puede provocar un recuerdo en su mente, quizá una vez hizo el amor frente a una ventana y se fijó en esas gotas mientras el placer lo envolvía como una manta de fuego; o quizá su primer beso fue bajo la lluvia y rememore el roce de las gotas deslizándose por sus mejillas mientras mezclaba su aliento entre los labios de su <i>partenaire</i>. </div>
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<br /></div>
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<b>El erotismo de los recuerdos puede ayudar con la tensión o despertar las ganas del personaje para hacer algo. </b>Quizá se sienta lo bastante sensible como anhelar un abrazo y ese recuerdo lo impulse a hacerlo. Los recuerdos también sirven para contar cosas que no has contado de los personajes, por ejemplo, puedes usar su diálogo interno para ofrecer información acerca de sus gustos o añadir detalles de su vida personal que justifique su comportamiento actual. </div>
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<br /></div>
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</div>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit; font-size: large;"><b>Las fantasías</b></span></li>
</ul>
<br />
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<b>Un personaje puede coger un objeto y fantasear con él.</b> El que sea. No tiene porque ser un símbolo fálico ni nada por el estilo. De hecho, cuanto menos tenga que ver con el sexo, más útil resultará este recurso. </div>
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<br /></div>
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Quizá el personaje hizo el amor con una chica que llevaba calcetines de colores y, cuando hace una visita al supermercado, encuentra una sección de calcetines de colores que le recuerdan lo bien que se lo pasó ella. O puede estar paseando por la calle y ver a alguien con esos calcetines y pensar en ella. </div>
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<br /></div>
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Los objetos no solo se pueden ver, también se pueden tocar. El tacto de esos objetos despertará sus sentidos y traerá recuerdos eróticos. </div>
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<br /></div>
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El último paso de esta situación es coger un objeto y hacer que el personaje lo imagine dentro de una situación erótica. Generar fantasías con algo que está viendo y tocando —no necesariamente lo debe estar utilizando para estimularse— puede aportar información o añadir tensión. Por ejemplo, un personaje coge el cepillo del pelo y cuando lo empuña, empieza a imaginar que lo utiliza sobre las nalgas de su amante para darle azotes. Quizá no lo haga jamás, pero la imaginación es la clave de todo. </div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: large;">Construyendo la </span></b></div>
<div style="text-align: center;">
<b><span style="font-size: large;">base de la sensualidad</span></b></div>
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<br /></div>
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<b>Una situación erótica puede ser un personaje acariciando la llama de una vela. Bebiendo una taza de café. Desabrochando los botones de un chaleco. Llevándose a la boca un grano de uva. Bajando una cremallera. La imaginación del lector juega un papel importante, cuanta menos información ofrezcas, más atención prestará a tus siguientes palabras. </b>Es más, una vez has generado tensión sexual, olvídate de ella y continúa; déjate llevar. <b>Es innecesario insistir que los personajes se sienten excitados, el lector ya lo sabe, no hay que repetirlo en todas las frases.</b> No hay que decir que uno está caliente a menos que se pase a la fase de la narración erótica. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Cuando estás manteniendo la tensión, evita las referencias sensuales. Limítate a describir sus reacciones, si se le acelera el corazón, si desprende calor, si jadea o suspira.</b> A partir de aquí aumenta los grados hasta el punto de no retorno y entonces, sí que sí, utiliza el lenguaje erótico que más te plazca. Pero procura mantener el mismo tono o se notará el cambio. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De momento, eso es todo. <b>¿Qué tipo de tensión erótica os gusta leer? ¿Cuáles son las situaciones eróticas más emocionantes? ¿Qué tipo de recursos es que más utilizáis?</b></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un saludo</div>
Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-38904510254445938452015-07-22T10:00:00.000+02:002015-07-22T13:53:06.038+02:00Otras cinco cosas que no deberías hacer<div style="text-align: justify;">
Ya hemos visto un número de <a href="http://eroticaservicioseditoriales.blogspot.com.es/2015/06/articulo-cinco-cosas-que-no-deberias.html" target="_blank">puntos que se repiten en muchas novelas eróticas del mercado actual</a>. Son cosas que no se deberían hacer, pero que se siguen haciendo. No significa que llevar a cabo alguno de esos puntos sea malo o bueno, sino que todo tiene que estar compensado para que la experiencia del lector sea mucho más motivadora e intensa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Aburrir con una novela erótica es lo peor que te puede pasar.</b> Es importante tener cuidado a la hora de involucrar a los personajes dentro de la trama, siempre dependiendo del tipo de historia que vamos a escribir. Compensar una cosa con otra. <b>Si nos excedemos con el sexo, buscar el contrapunto en otras escenas; si nos quedamos cortos, aumentar el nivel de tensión por otro sitio. Es una cuestión de equilibrio. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Hoy traigo, de nuevo, cinco problemas a evitar en una escena o historia erótica. </div>
<br />
<a name='more'></a><br /><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;"><b>1. Recrearse en los detalles</b></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Una cosa es ser excesivamente gráfico porque ese es tu estilo y otra muy distinta recrearse en puntos completamente innecesarios. </b>Cuando una pareja protagonista se encuentra en mitad de un despliegue de caricias, besos y penetraciones, hay un momento en el cual la tensión sube hasta un límite por encima del cual no se puede ir más allá. <b>Puedes aumentar este límite con total libertad, pero una vez alcanzado el punto de no retorno, los detalles sobran. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sabemos bien dónde y en qué posición están nuestros personajes. No es necesario repetir una y otra vez las mismas palabras para indicar lo que les está pasando ni utilizar un lenguaje demasiado específico. <b>No es lo mismo «lenguaje específico» que «lenguaje gráfico»; no significa que no se pueda ser gráfico, lo que no hay que hacer es usar palabras demasiado técnicas cuando los personajes empiezan a sentir esa comunión con sus cuerpos. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El erotismo tiene siempre ese aire trascendental, espiritual. </b>Transformar una escena en la que los personajes están haciendo el amor —o follando, según lo que cada autor prefiera considerar—, en algo físico, degradándolo al nivel de un simple ejercicio de anatomía para especificar los puntos que se penetran o se dilatan, hace que se pierda parte del encanto y la intensidad del momento. </div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;"><b>2. Pasarte de trascendente</b></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Si en el punto anterior hablábamos de la parte física de una relación, el efecto contrario es caer en un exceso de dulzor sobrecargando el relato con metáforas. El barroco estaba muy bien para la escultura o la arquitectura, pero no para una novela de romance erótico. <b>Puede que como autor quieras expresar el erotismo como algo espiritual, pero no es necesario demostrar lo bueno que eres llenando el texto de gramática imposible y usando veinte subordinadas en una misma frase, utilizando todos los sinónimos habidos y por haber de una misma palabra.</b> Si eso es lo que quieres hacer, bueno, tendrás que buscar otra clase de público objetivo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Vuelve a ser una cuestión de equilibrio y de contrastes. Una escena erótica consta de una parte física y de una parte emocional, si falta alguna de las dos, la historia no está del todo completa</b> o pertenece a otro género diferente. <b>Realismo no significa ser gráfico, igual que trascendente no significa ser poético a la par que críptico</b> con el texto. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Equilibrio. </b>Cuerpo y alma. <b>Personajes que sienten con el cuerpo y con el alma.</b> No importa si no hay romance al principio y solo se trata de un polvo para aliviar la tensión. Esas dos partes existen en el erotismo porque, recuperando la definición del diccionario, erotismo es sensualidad, deleite de los sentidos, de las cosas que los satisfacen. Para que exista satisfacción debe existir un sentimiento y un alma que sienta las cosas. Sin esto, no hay erotismo. </div>
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Así que, aunque quieras ser finolis, no te pases de trascendente porque aburrirás a las piedras. </div>
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<span style="font-size: x-large;"><b>3. Cambiar el comportamiento de los personajes en la cama</b></span></div>
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Es de cobardes. Cuando un escritor comienza una novela, llevarla a cabo es un reto. No es fácil. Hay sangre, sudor, lágrimas, frustración y mucho trabajo detrás. Corregir y reescribir es solo la parte final, es cansada, sí. Pero escribir también es agotador. </div>
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<b>Escribir una novela erótica no es fácil.</b> Oh, espera, es muy sencillo escribir una escena de cama. Un beso aquí, unos dedos por allá, mamada al canto y folleteo intenso. Listo, ahí tienes tu escena, cocinada cual pechuga de pollo a la plancha sin sal. </div>
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Pero escribir en serio una novela erótica no es fácil. <b>No es fácil coger a dos personajes y hacerlos interesantes en un plano sensual. </b>Por supuesto que unos corazones agitados, unas bragas mojadas o unas erecciones descomunales observando al personaje que hace la réplica al principal, son parte de los recursos que se utilizan. Pero eso está tan trillado como la historia del niño elegido o el vampiro que se enamora de la protagonista y lo acerca a su humanidad. </div>
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Por eso, cuando das el paso definitivo para escribir una novela erótica (incluso una novela con extra de sexo), hay que llegar hasta el final y conservar el amor propio por esta profesión que es escribir. <b>Cuando tienes diseñado un personaje que se comporta de una manera en su vida normal, das a entender que ese personaje tendrá un comportamiento muy específico cuando se meta bajo las sábanas de alguien. Todo en él o en ella habla de unas tendencias concretas:</b> si es tímido, si es dominante, si es fogoso, si es malo… Por eso, <b>a la hora de la verdad, no se debe cambiar el comportamiento del personaje </b>que llevas toda la novela escribiendo. </div>
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Tenemos un personaje que se comporta de forma arrogante, es autoritario y da mucho miedo cuando se enfada. A menos que tu novela sea humorística, en una novela erótica molesta muchísimo que ese personaje que ha sido dibujado de una forma tan sugerente, acabe practicando sexo convencional y sea un auténtico moñas. Igual que tenemos al personaje tímido, que se siente incapaz de llevar la iniciativa porque se siente presionado por su entorno, de pronto se convierte en una máquina sexual en las escenas eróticas.</div>
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<b>Coherencia. </b></div>
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<span style="font-size: x-large;"><b>4. Justificar las tendencias sexuales</b></span></div>
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A menudo encontramos, en muchas novelas, tendencias sexuales poco comunes para los personajes. Volvemos otra vez al mismo punto de siempre, el tema del BDSM, tan mal visto hace unos años, está de moda ahora. Y está mal. No está mal practicar este tipo de cosas, está mal el planteamiento que todo el mundo le está dando ahora. Si os fijáis, es el mismo que se le daba antes: alguien que ata y azota a su pareja, padece un trastorno o ha sufrido un trauma en su infancia. </div>
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¿Por qué? En serio, voy a repetir la pregunta. ¿Por qué? <b>Una tendencia sexual no se justifica. Una persona es, o no es.</b> Así que el recurso del trauma infantil o el trastorno sexual, es un vicio que persiste. En una novela erótica, justificar que al personaje le gusta azotar a mujeres morenas porque su madre (morena) le apagaba cigarros en los brazos cuando era niño es el recurso más pobre. Tal muestra de dejadez molesta a todos los que nos dedicamos a diseñar personajes cuya personalidad resulte atractiva para contar una historia. Porque <b>en una historia erótica, lo importante no es el comportamiento del personaje ni sus gustos sexuales, sino la evolución sensual que se dibuja desde el inicio de la trama. </b></div>
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Puede que tu personaje se comporte así por un trauma en su juventud. No tiene nada de malo. Pero si es así, no estás tratando con una novela erótica ni con extra de sexo, sino con un problema mental un poquito más grave y vas a necesitar toneladas de psicología barata. Se puede ser mucho más creativo que justificar que, por ejemplo, a un personaje le agrade mirar como otras personas tienen sexo porque un día le dijeron que tenía un tumor en los ojos y se podía quedar ciego. ¿Es que acaso una persona no puede disfrutar, con total libertad y sin que sea juzgada, viendo a otras personas besarse y mantener relaciones?</div>
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<b>Volvemos al punto anterior. Tu trabajo es ser escritor y nadie dijo que escribir erótica fuera fácil. Afronta con valentía tu decisión y trabaja. Trabaja duro para sacar adelante la idea que has tenido. Si no te gusta o no te sientes cómodo, quizá te has equivocado de profesión. </b></div>
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<span style="font-size: x-large;"><b>5. «No es la típica historia…»</b></span></div>
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<b>Los clichés funcionan por algo. Son tópicos conocidos, inventados desde tiempos inmemoriales, que se han utilizado una y otra vez a lo largo de la historia.</b> Tenéis que admitir, como escritores, que todo está inventado, que alguien tuvo una idea como la tuya y que esos personajes ya han estado juntos en alguna novela. </div>
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Pero, repito, los clichés funcionan por algo. Funcionan porque todo el mundo sabe qué se espera de ellos, son cómodos y muy útiles para escribir. Por eso se utilizan como los pañuelos de papel, una y otra vez, hasta que están tan manoseados que ya no se pueden usar. Usar un personaje o situación típica no es malo, ni mucho menos. Pero hay que saber utilizarlo bien. Miradlo de este modo, todo el mundo sabe que una tortilla de patatas lleva huevo, patatas y sal (¡no lleva cebolla!) y es una comida que salva un día, una tarde o lo que haga falta. Más fácil, por si alguno tiene miedo del fuego, un sandwich mixto. Son cosas que funcionan, que gustan a la mayoría de la gente, que si lo haces bien ,triunfas. </div>
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Pero para hacer una buena tortilla de patatas o un sandwich mixto que además de bueno esté tan delicioso que se te salten las lágrimas, es necesario un esfuerzo extra por tu parte. </div>
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Por eso, <b>los tópicos son un arma de doble filo. Si vas a utilizar uno, tendrás que usarlo en tu favor y no en tu contra, pensar en darle la vuelta.</b> Y darle la vuelta no es decir en la sinopsis «no es la típica historia de amor/erótica» porque ese argumento es otro tópico que cansa. Permite al lector decidir si es o no, una típica historia. </div>
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Hay clichés recurrentes en la novela erótica que se siguen utilizando y algunas veces, con más frecuencia de la que me gustaría, veo que se utilizan para crear polémica con la idea de base. Eso se aleja de lo que quieres narrar en tu historia. Por ejemplo la típica historia entre un hombre maduro y una Lolita; decides hacerlo a la inversa, mujer madura conoce a muchacho universitario/estudiante de instituto. Usar ese tema como excusa para generar polémica no dice mucho de ti como escritor. ¿Que quieres contar esa historia? Adelante, pero verás que alguien ya lo ha hecho. </div>
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No traumaticéis a vuestros personajes con abusos en su infancia o adolescencia para justificar sus tendencias eróticas; no convirtáis a las mujeres en trabajadoras del sexo como excusa para que mantengan relaciones con varios hombres, no hagáis que un personaje masculino sea una bomba sexual para luego colgarse de la primera mosquita muerta que se cruce delante de él. ¿Queréis hacerlo? <b>¿Queréis contar esas historias? Antes de hacerlo, preguntaros por qué. ¿Es interesante lo que vais a contar o es solo una excusa? Si es lo segundo, ni os molestéis en escribir. </b></div>
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<b>¿Qué pensáis? ¿Hay algo que encontréis irritante en una novela erótica? ¿Qué cosas habéis visto que se repiten?</b> Os invito a comentar y a debatir. Un saludo. </div>
<br />Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-50967816450274542452015-07-15T10:29:00.000+02:002015-07-15T10:29:11.559+02:00Erótica con extra de sexo (2)<div style="text-align: justify;">
Ya establecimos las <a href="http://eroticaservicioseditoriales.blogspot.com.es/2015/06/articulo-erotica-con-extra-de-sexo-i.html" target="_blank">diferencias básicas entre una novela erótica y una con extra de sexo.</a> Quiero recordar que, en todo momento, hablamos de novelas románticas con componentes erótico sensuales, por lo que la finalidad de nuestras historias es que los protagonistas tengan un romance más o menos tórrido. </div>
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En el artículo de hoy vamos a hablar de las formas de introducir las escenas de tensión dependiendo del estilo que se haya elegido. Hemos dicho ya que <b>en una novela erótica, la trama principal es la relación sexual/sensual que se establece entre los personajes.</b> El amor llega siempre más tarde, aunque nada impide que exista desde el principio. Pero<b> el objetivo de la historia es desarrollar esa relación sexual, que sea ella la protagonista de la novela, </b>el tercer personajes de la historia. Existirán tramas secundarias, claro que sí, pero la importante y principal será la trama erótica. <b>En una novela con extra de sexo, la relación sexual de los personajes es un aderezo más.</b> La trama es diferente, suele ser romántica o abarcar otros géneros como el suspense o la fantasía. </div>
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<b>Por ejemplo:</b></div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>El tutor, de Robin Schoe.</i> En esta historia, ambientada en la rígida Inglaterra del s. XIX, la protagonista es una esposa que acude a la casa de un noble, conocido por ser un libertino, para que este le instruya en los caminos del placer, y así poder seducir a su marido para que éste deje de buscarse otras amantes. </blockquote>
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En esta historia, la trama principal es la relación que se establece, desde el inicio, entre los dos protagonistas. Ella, curiosa aprendiz; él, maestro experimentado. El objetivo de la historia es contemplar la evolución erótica del personaje principal frente a las cosas que su “<i>tutor</i>” le muestra. En ningún momento inician una relación sexual, porque no es necesario; exploran el erotismo desde fuera hasta que, irremediablemente, nace la atracción.</div>
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En las novelas con extra de sexo, la historia es otra bien diferente. Se le añaden escenas de cama para darle más sabor al helado romántico, la trama principal sigue siendo romántica y el objetivo es la evolución sentimental, y existen también más cosas aparte de la historia de los personajes. La parte sensual/sexual no es tan importante, no es el objetivo. </div>
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<b>Por ejemplo:</b></div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>La locura de lord Ian McKenzie, de Jennifer Ashley.</i> En esta historia, también del mismo siglo que la anterior, los protagonistas se encuentran en el teatro y se sienten atraídos al instante el uno por el otro. El protagonista masculino padece una enfermedad extraña a los ojos de la sociedad —Asperguer, un tipo de autismo—, y estuvo durante mucho tiempo encerrado en un sanatorio mental. La protagonista, viuda desde hace unos meses, regresa a la sociedad con discreción y por casualidad se cruza con este peculiar personaje.</blockquote>
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Esta historia sigue la estructura de una novela romántica e histórica, con el añadido de escenas eróticas. Aunque es una relación que se establece desde el principio, la finalidad no es encontrar salida a los anhelos que retumban en sus cuerpos. La trama es, pues, de qué forma conseguirá él conquistarla a ella y si ella, por otro lado, se deja conquistar. Todo envuelto en un paquete de misteriosos asesinato en el que todo apunta al que el culpable es el protagonista. </div>
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Dependiendo del tipo de novela la forma de introducir las escenas eróticas difieren una de otra igual que el tipo de finalidad de cada una. </div>
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<b><span style="font-size: x-large;">Erótica</span></b></div>
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<b>En una novela de este tipo, estamos obligados desde el inicio a insinuarla.</b> De nada sirve esconder las intenciones de los personajes, porque es precisamente esta intención lo que va a iniciar la historia. </div>
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Entonces, ¿cómo empezamos?</div>
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<b>Una trama erótica surge en el primer momento en que existe una intención erótica de un personaje hacia otro. Debe exisitir un interés sexual por otro personajes, ya sea por curiosidad, tentación, apetito o instinto primario. </b>La chispa surge y a partir de ese momento es cuando se elabora la historia.</div>
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Para introducir la parte erótica en la novela, hay que empezar a crear diferentes situaciones que lleven a los personajes a sentirse atraídos el uno por el otro. La relación sexual que van a tener ha de estar definida desde el principio, luego será más fácil generar esa tensión y encontrar los momentos adecuados para introducir pequeños detalles, escenas breves, miradas, diálogos. Es interesante no abusar de las escenas de tensión si no tienen un objetivo. Diálogos largos, a menos que estén cargados de erotismo, aburren si no conducen a ningún sitio. Pensemos que e<b>n una novela erótica, los personajes se definirán según su relación, la forma en la que experimentan su sensualidad el uno con el otro.</b></div>
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<b>1_. </b>Desde el instante en que los personajes se encuentran, despertar sus instintos de manera provocativa. <b>Tanto ellos como el lector han de ser conscientes de su atracción</b> el uno por el otro. El grado de atracción puede ser muy inmediato, llenar sus cabezas con deseos perturbadores y anhelos inconfesables; o puede ser leve. Si nos decantamos por un grado de atracción leve, es una buena idea utilizar recursos externos para conseguir que sea el lector el que observe la tensión erótica entre los personajes mientras que ellos están pensando en otras cosas. Una descripción del entorno es lo que más nos va a ayudar a conseguirlo, las emociones que ciertas cosas despiertan en los personajes, recuerdos anteriores y sensaciones que han experimentado en momentos muy diferentes, aportarán una ambiente propicio para que los lectores se den cuenta de que algo podrá surgir en los protagonistas en un futuro.</div>
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<b>2_. Insistir en la atracción, pero sin resultar cargantes. </b>Es lógico que ante una atracción erótica existan nervios y estremecimientos continuados entre los personajes, aunque no es necesario que se nos recuerde a cada momento. <b>Breves pinceladas de este despertar erótico es más que suficiente</b> y, al igual que en el punto anterior, buscar recursos en el entorno para lograr realismo en esas escenas en las que los protagonistas comparten espacio. No han de estar pensando necesariamente en sexo. Lo divertido es que cualquier detalle de un personaje puede despertar un acalorado interés en el otro, desde la ropa que lleva hasta la forma de comer fresas con nata. Estos detalles son importantes para aumentar el nivel de tensión, dependiendo de cuanto quieras alargar el momento del clímax. </div>
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<b>3_. Encontrar el momento perfecto para dar rienda suelta a sus pasiones. </b>Pero, cuidado, que el deseo haya sido consumado no significa que la historia termine. La historia sigue, las vidas de sus protagonistas, aunque hayan tenido una <i>experiencia religiosa</i>, continúa. Así pues, los personajes regresan a su vida cotidiana pensando en lo que han hecho. Esos recuerdos despertarán nuevas emociones en ellos, que es otro recurso interesante para insistir en esa atracción. En este punto, cuando los personajes ya han consumado sus apetitos carnales, es cuando hay que volver al punto anterior y seguir insistiendo en la atracción hasta encontrar otro momento en el que caer en la tentación, de un modo mucho más intenso que el primero. </div>
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<b>4_. Poner fin a la historia cuando esa tensión se haya resuelto.</b> Sabemos bien que los personajes se aman aunque les haya costado mil páginas darse cuenta, pero, repito, la historia erótica terminaba mucho antes. <b>Cuando los personajes confiesan sus desvelos, el clímax de la historia ha llegado a su fin y el nivel de tensión decae. Por tanto, se pierde completamente el interés. </b>Es necesario darle una conclusión a la historia. </div>
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<span style="font-size: x-large;"><b>Extra se sexo</b></span></div>
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En esta clase de novelas es un poco más complicado introducir una escena erótica sin cargarnos toda la historia precisamente, por incluirlas. A veces, el extra de sexo puede ser como un parche mal colocado, cuyos bordes se van despegando poco a poco hasta que, a la fuerza, se llena de roña y hay que quitarlo. </div>
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<b>Para que una escena en una novela romántica con extra de sexo quede bien integrada en la historia, hay que mantener la voz narrativa. Si introducimos una escena cambiando el registro el lector se dará cuenta enseguida de que algo pasa. Es importante mantener el tono y la ambientación en todo momento, y no caer en la tentación de querer apretar más de lo que se puede abarcar. </b></div>
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<b>1_.</b> En los personajes existe una atracción. Puede que sea lujuria, puede que sea amor. En cualquiera de los dos casos es importante tener claro desde el principio qué clase de historia se va a narrar. Por eso, una vez establecido el objetivo, no perderlo de vista. Este punto no se diferencia mucho de la parte erótica a menos que haya una intencionalidad de cara a las futuras escenas. <b>¿Aportará algo a nuestra historia que los personajes tengan sexo? ¿Sí? ¿No? ¿Qué clase de relación erótica van a tener? </b></div>
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<b>2_.</b> <b>En este tipo de historias siempre existe una trama principal, que viaja en paralelo con la romántica, mientras que las escenas eróticas forman pequeños picos en diferentes partes de la novela. Son pequeños momentos de clímax que no suelen tener tanta importancia como puede tenerlo el desenlace final de la historia. </b>Aunque son interesantes y aportan a la historia, no es el objetivo. </div>
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<b>3_.</b> Las escenas eróticas pueden contener todos los detalles que el escritor quiera. No hay que perder el norte, estas escenas son relleno de crema para el <i>croissant </i>de la novela, así que aportan lo mismo que una escena de diálogo con la cajera del supermercado. Por eso hay que hacerlas más interesantes, lo que no quiere decir que deban ser raras; <b>los personajes no se van a poner a hacer cosas extrañas cuando su personalidad ya está definida por otros parámetros. </b></div>
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<b>4_.</b> <b>No hay que insistir. Es más, no hay que desviar la atención. </b>La novela no es erótica, a menos que los personajes vayan a evolucionar cada vez que se vayan a la cama, no es necesario que la historia con venga con tripe extra de sexo. El lector está interesado en saber cómo acaba la novela, si has gastado todas tus balas en escenas de cama, ya no puedes seguir disparando momentos eróticos, porque ya se ha perdido el interés. </div>
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<b><span style="font-size: x-large;">El fundido a negro</span></b></div>
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Si en la novela o historia todo este tiempo hemos mantenido las distancias con la tensión sexual o no hemos dado importancia a la atracción física sino a la sentimental, una escena erótica suele quedarse en ese ya tan famoso fundido a negro. Pero <b>si tu intención no es fundir a negro sino continuar la historia cuando los personajes han saltado el uno sobre el otro confesándose que en realidad siempre se habían amado pero nunca lo habían confesado</b>, aquí es cuando tienes que andar con pies de plomo. </div>
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<b>Ahora, más que nunca, mantener la voz narrativa es fundamental.</b> Es el momento álgido, el momento que todo lector espera y no querrá leer una descripción detallada de todo lo que hacen los protagonistas. Es el momento de ser lo que hemos sido durante todo este tiempo, escritores. Trabajar esa escena con cuidado para no salir por la tangente y escribir una cosa que no se relaciona para nada con la historia. En conjunto, esa escena de fundido a negro tiene que encajar como la pieza del puzzle que andabas buscando para completarlo. </div>
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<b>¿Qué pensáis vosotros? ¿Qué preferís, erótica o extra de sexo? ¿De qué forma trabajáis estas escenas?</b> Un saludo y hasta la semana que viene. </div>
Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-41383490094453377202015-07-01T10:00:00.000+02:002015-07-01T10:00:05.853+02:003 consejos para escribir una novela erótica<div style="text-align: justify;">Esta semana, mientras preparaba la página web, estaba pensando qué clase de artículo podía ser de vuestro interés. Dado que estoy trabajando en una pequeña novela erótica que publicaré en breve, me ha parecido que lo más adecuado sería daros unos <b>breves consejos sobre cómo escribir una.</b> He leído artículos parecidos al que os voy a traer y, os voy a ser sincera, la gran mayoría se contradecían a sí mismos al segundo consejos o eran totalmente objetivos, escritos por gente que no ha trabajado jamás el género. Vamos, que habrán leído, pero no han tratado de escribirlo. Y el erotismo no es cosa de dos días.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No voy a entrar a debate sobre la actualidad de las novelas eróticas, lo hablaremos en otra entrada cuando me sienta con fuerzas para ello. Estos consejos o sugerencias vienen de la experiencia, de años y años trabajando el mismo género, evolucionando desde el concepto más básico del erotismo hasta algo más profundo y trascendental. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Lo que más abunda es la romántica con extra de sexo y la moda actual ha provocado que ciertas formas de narrar una historia erótica no sean aceptadas porque no es el estilo que se lleva. Yo no estoy aquí para subirme al carro de los estilos, como escritora he trabajado el género hasta convertirlo en algo mío, he creado mi propia voz para un texto erótico.<b> Seguiré diciendo y lo mantendré, que escribir erótica es algo complejo y muy difícil, porque no basta con describir una escena explicita repleta de calenturas; hace falta algo más. </b>Y si <b>hace unos años</b>, cuando empecé a escribir, <b>luchaba contra la creencia popular de que el erotismo no es pornografía, ahora lucho contra la norma impuesta de que escribir pornografía es erotismo.</b></div><div style="text-align: justify;"></div><a name='more'></a><br />
<div style="text-align: justify;">Es por eso que animo a los escritores que, antes de escribir una novela erótica, reflexionen sobre lo que quieren hacer con su historia. <b>¿Quieres escribir una historia con extra de sexo? ¿O prefieres que tu historia se centre en el erotismo, que éste concepto sea el tema de tu novela?</b> Porque <b>son dos modalidades totalmente diferentes.</b> Y dependiendo de lo que tú quieras, de lo que quieras contar, habrás de dirigirte a un público a otro.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Otra cosa que me gustaría comentar es que <b>en una historia erótica no ha de haber, a la fuerza, un montón de sexo narrado. </b>De hecho, no hace falta ni siquiera que los personajes lleguen a tocarse jamás. La razón de esta afirmación viene por la propia definición de la palabra erotismo, que como hablamos hace unas semanas, se trata de una excitación de los sentidos. <b>Actualmente,</b> esto no funciona así. Si <b>una novela está catalogada como erótica</b> es <b>porque contiene una escena de sexo narrada,</b> tirando a la basura el juego previo que es lo que la hacía tan interesante. Tampoco hay que cargar al lector, no hagas escenas en las que no ocurra nada porque entonces, se sentirán estafados. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Muchos artículos explican de qué manera escribir una escena erótica, en lugar de enseñarte cómo despertar los sentidos de los personajes. Aunque yo también os he<a href="http://eroticaservicioseditoriales.blogspot.com.es/2015/06/articulo-guia-introductoria-para.html" target="_blank"> explicado mi manera de narrar una escena</a>, ahora quiero ir un poco más allá, y ofreceros <b>tres consejos básicos a tener en cuenta para que vuestra novela no solo tenga un montón de sexo narrado sino que además, está cargado de pasión, erotismo y mucha sensualidad. </b></div><br />
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<div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: x-large;">1. Construye una relación </span></b></div><div style="text-align: center;"><b><b><span style="font-size: x-large;">entre los personajes.</span></b></b></div><b> </b> <br />
<div style="text-align: justify;"><b><br />
</b> <b>Construir una relación</b> —sexual, sensual, del grado que le quieras dar— <b>es el motor de la historia erótica. Es importante definir desde el principio lo que quieres con tus personajes, la química que existe entre ambos, tanto dentro como fuera de la cama </b>—y esto último es más importante—.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Cómo son tus personajes? ¿Cuál es su personalidad? ¿Cuáles son sus miedos y cuáles sus anhelos? ¿Qué es lo que desean —y no hablo de apetito sexual—? ¿Cuáles son sus motivaciones? Basándote en las respuestas que hayas dado a estas preguntas, comienza a definir la relación sexual. ¿Es una relación basada en una dependencia física o mental? ¿Será una relación lenta, llena de tensión? ¿Será rápida, intensa, de una sola noche? ¿Será una compleja relación cargada de sexo en el que los personajes se rinden a sus deseos a la vez que luchan contra el entorno que los rodea? </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Hay muchos elementos externos a tener en cuenta al crear una relación</b>: el entorno laboral o familiar, la situación pasada y/o actual del personaje, su manera de sentir las cosas, su forma de pensar. <b>Una vez tengas definida esa relación sensual y el objetivo de la misma, es hora de pasar a la parte erótica.</b> Busca ayuda en los sentidos y úsalos en ambas direcciones. Lo que siente un personaje y cómo siente al personaje que tiene enfrente. Estimulando los sentidos conseguirás que el lector se implique en la narración, porque será capaz de entrar dentro del relato.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">—<b>Tacto:</b> ¿qué textura tiene una piel? ¿Es tosca o suave? ¿Es caliente o está fría? ¿Y el cabello? ¿Y la ropa que normalmente llevan? ¿Qué pasa si alguien ha derramado un vaso de zumo encima a una persona? ¿Cual será su tacto? ¿Tiene cicatrices? ¿Son suaves o ásperas? </div><div style="text-align: justify;">—<b>Vista:</b> colores fríos o colores cálidos, poca luz o mucha luz. ¿Qué ve él en ella? ¿Qué ve ella en él? ¿Qué ven ambos? ¿Qué ve un hombre en otro hombre? ¿O una chica en otra chica? Un cuerpo vestido o desnudo. Los rasgos que se aprecian a simple vista son más débiles frente a algo que no se puede ver, algo que casi se aprecia pero que no se logra ver del todo. </div><div style="text-align: justify;">—<b>Olfato:</b> <strike>¿a qué huelen las nubes?</strike> ¿Cómo huele una chica que acaba de salir del baño? ¿Un hombre que entra en casa empapado por la lluvia? ¿Qué colonia usa? ¿Y qué tipo de jabón? El olfato es uno de los sentidos más evocadores, un olor puede despertar un millón de recuerdos en un instante y transportarnos a un lugar remoto de la memoria. </div><div style="text-align: justify;">—<b>Gusto:</b> un beso sobre unos labios que acaban de probar un helado de chocolate, unas lágrimas saladas; cualquier cosa que se toque con la lengua tiene un sabor que puede estimular la boca, y puede provocar reacciones en el resto del cuerpo. </div><div style="text-align: justify;">—<b>Oído:</b> ¿cómo suspira? ¿Cómo jadea? ¿Qué sonidos hace cuando está excitado? ¿y cuando está durmiendo? ¿Cómo habla una persona? ¿Tiene una voz suave, grave o aguda? ¿Es lánguido o evoca melancolía? ¿Tiene la voz más profunda que Benedict Cumberbatch y eso hace que te vibren las entrañas cada vez que lo escuchas...? </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Todos estos sentidos jugarán un papel muy importante en la definición de tu relación. Puedes hacerla evolucionar de menos a más durante toda la historia, o dar un golpe de efecto lanzando a tus personajes al abismo del amor desenfrenado. Sea como sea, <b>la complicidad entre los personajes será lo que determinará la pasión de los personajes y el despertar del romanticismo entre los dos (o tres).</b></div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>2. Utiliza un lenguaje </b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>específico y erótico.</b></span></div><br />
<div style="text-align: justify;">A la hora de narrar una escena erótica, tanto si los personajes van a consumar un acto sexual o simplemente se están devorando con la mirada sin llegar a tocarse, <b>has de tener cuidado con el lenguaje. </b></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como escritor, tienes el poder de crear un entorno en el que sumergir al lector, usando un estilo y un tono. Aunque se ha establecido el dogma de describirlo todo con detalle, os puedo asegurar que <b>no es necesario mencionar cada zona del cuerpo que un amante está tocando o acariciando.</b> Llega un momento en el que hay que hacerlo, el instante en que, para lograr una inmersión completa ayudados por el nivel de tensión sexual, todo lo que describas a partir del punto de no retorno ha de ser gráfico y sin tapujos. <b>Pero, ¡cuidado! Una palabra puede provocar un absoluto corte de rollo. Que hayas pasado el umbral en el que no hay vuelta atrás, no te da derecho a usar palabras que no hayas empleado antes en tu narración.</b></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No tengo nada en contra de las palabras explícitas, pero no hay que usarlas de forma indiscriminada. Se puede ser gráfico sin ser grosero. Se pueden dar detalles sin necesidad de conocer el diámetro del orificio que se está penetrando (¿veis a lo que me refiero con lo de usar palabras en mal momento?)</div><div style="text-align: justify;"><b>Busca tu estilo. Experimenta. Cuida la forma de escribir, es la que definirá la historia.</b></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Huye de los tópicos:</div><div style="text-align: justify;">—No digas <i>puta</i>, <i>polla </i>o <i>coño </i>sin venir a cuento. Úsalas si lo consideras necesario, si ese es tu estilo, si concuerda con el tipo de relación que has definido. Pero si esas palabras no pegan con el personaje, o con el tipo de historia que escribes, no las utilices solo por que eso es hablar de sexo sin tapujos. Eso es de ser ordinarios y soeces.</div><div style="text-align: justify;">—No digas “<i>mástil del amor</i>” o eufemismos similares para referirte a un pene. Ya hay una palabra. Pene. Verga. Miembro. ¿Mástil? ¿En serio? Hay otras como “<i>botón del amor</i>” para referirse al clítoris. Eh, ya hay una palabra para eso, no intentes engañarme con tonterías. Hay combinaciones de palabras que pueden estar muy bien. Puedes ser todo lo creativo que quieras pero, al igual que con las palabras de arriba, no las utilices sin venir a cuento porque no solo quedará cursi sino que pecarás de mojigato.</div><div style="text-align: justify;">—No tengas miedo de usar frases como “<i>pechos generosos</i>” o “<i>caderas voluptuosas</i>”. Son frases tópicas pero que se entienden a la perfección, bien colocadas pueden ser muy útiles, porque juegan con la comodidad del lector. Pero úsalas una vez, no siempre. Hay muchas palabras en el diccionario que tienen el mismo significado pero que usadas en diferentes momentos aportan riqueza al texto y una internacionalidad diferente. En la misma línea, no inventes combinaciones absurdas, así solo sonarás pedante.</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>3. No te cortes, </b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>pero tampoco te pases. </b></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"><b>No os engañéis, estáis ante una narración erótica.</b> <b>Eso no significa que lo ocultéis todo, que os amparéis en la elegancia para no ofrecer nada. </b>Una vez iniciado el texto, y si tu intención es llegar a un final, habrás de describir el sexo en algún momento. <b>No te cortes.</b> Si has decidido que la historia que quieres contar está basada en la relación sexual de los protagonistas, no servirá una escena de cama de lo más normalita. Habrás de echarle imaginación. Echarle imaginación no es escribir tres páginas llenas de metáforas para ocultar lo que estás relatando, no. Has de escribir lo que está ocurriendo, darle al lector lo que busca en tu relato: una emoción intensa y que las páginas le ardan en las manos. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No trates de engañar a la persona que está leyendo, dale lo que ha ido a buscar. Si hablas de una relación basada en la dominación, tu personaje habrá de serlo, actuar como tal. No tengas reparos a la hora de escribir sobre este tipo de relaciones, asume las consecuencias de tu decisión. Y, sobre todo, no aburras al lector. No te pases. <b>No coartes su imaginación explicando paso a paso todo lo que hacen los personajes, como un manual de instrucciones. </b>Llena las páginas de emociones, de sensaciones, describe las caricias, los besos, todo lo que quieras escribir. Sé comedido con las palabras. Si te pasas de gráfico, si repites una y otra vez qué ensenada de placer han penetrado, también acabarás por aburrir.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Conocer el punto medio lleva su tiempo. No se trata solo de escribir una escena y ya está, hay que practicar las narraciones hasta encontrar el punto exacto de fantasía y sexo explícito que vas a poner. </b></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>¿Qué pensáis vosotros? ¿Os veis capaces de escribir una escena? ¿Os atrevéis con una novela erótica, usando una relación entre dos personajes como tema de vuestra obra? ¿O sois más de la romántica con extra de sexo? </b>Un saludo. </div>Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-6424090232000475672015-06-15T18:30:00.000+02:002015-06-30T19:44:19.539+02:00Cinco cosas que no deberías hacer<div style="text-align: justify;"><b>Todos los textos eróticos son iguales. </b>Esto es así, no le busquéis el secreto, cualquier narración con tintes sensuales es muy parecida en cuanto a forma y contenido. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Por qué?</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como todo en la vida, <b>este tipo de historias requieren de cierta práctica para evitar caer en la rutina</b> —lo mismito que en la vida real—, por lo que si se carece de ella o de interés a la hora de escribir —o hay un interés excesivo en añadir una escena—, el resultado es que todas las escenas son iguales. Chica conoce chico, de pronto se gustan, de pronto empiezan a tener sexo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La escena comienza siempre con besos, apasionados y/o hambrientos; prosigue con un acercamiento hacia los pechos, luego sigue hacia la entrepierna y ya, cuando la muchacha ha tenido su orgasmo, entonces llega el momento de llenar los vacíos. Esta es la escena más estándar. También está la escena clásica, la que se hace de pie contra la pared. Típica escena de empotramiento, vaya, para darle más vehemencia al tema. Shayla Black la utilizó en una de sus novelas más conocidas; eso sí, no era una típica escena de empotramiento, tardaron como diez páginas en llenar huecos y era necesario para que el libro no empezara arder.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hay muchos artículos dónde explican cuáles son las peores formas de comenzar una historia. ¿Sabéis qué?, podéis hacer lo que queráis. Nadie puede decir cómo va a empezar tu historia, si es malo escribir un prólogo o comenzar por el final y contarlo del revés. Es vuestra historia, si tenéis la suficiente maestría para llevar a cabo todo tipo de experimentos, adelante. <br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En esta línea, no seré yo quién diga cómo comenzar una narración erótica, pero sí voy a daros unos <b>consejos acerca de cosas no deberíais hacer</b>. Si las hacéis, que sea adrede, seguro que habéis pensado en algo para compensarlo. Estás son cosas que no deberías hacer a menos que lo tengas muy claro:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>1. Entrar a saco</b></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No, no me refiero a entrarle a alguien nada más empezar el texto. Si eso es lo que quieres contar, adelante. Como ya dije una vez, el inicio de un texto erótico es el momento más importante del relato. Entrar a saco no es la mejor opción. Empezar metiendo las manos dentro de lugares supuestamente eróticos —habitualmente después de un beso, que no falte pedir permiso—, sin una razón y sin ninguna intención previa, te deja completamente frío. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Tu pareja de personajes (o trío) se acaba de conocer, tienen ganas de marcha y se dan un beso. Al párrafo siguiente alguien ha perdido las bragas o bien se ha sujetado a algo que ya está más duro que una piedra. Así, sin calentar ni nada. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Una buena introducción al tema es lo que va a poner en situación al lector. </b>No importa si los personajes no están enamorados, pero uno no se pone a mantener relaciones sexuales así, en frío. <b>¿Cómo esperas mantener el interés de una historia sin un contexto previo, sin haber disparado ni una sola chispa de sensualidad para subir la temperatura?</b> Y si has comenzado mordiendo pezones, al menos <b>aporta algo para jugar con las sensaciones del lector</b>. Un mordisco a palo seco, no mola. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Puede que tu inicio esté en un diálogo cargado de tensión sexual. En nuestra imaginación, esa tensión sexual existe; nosotros vemos a los personajes y sabemos que se desean. Un intercambio de palabras no sirve para crear ese contexto, a menos que añadas acciones por parte de los personajes. Una caricia eléctrica en el dorso de la mano, mirar fijamente un travieso agujero en una media, observar los labios del otro, experimentar una creciente excitación. No sirve de nada agitarse el pelo, parpadear o poner que el personaje siente calor o ha mojado las bragas si antes no creas un ambiente alrededor de la pareja. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Estar caliente, mojada o duro, no son formas de decirle al lector “¡Eh, aquí hay tema!”. Eso es un extra de sexo en crudo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>2. Ser natural o </b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>hacer un mal uso del vocabulario</b></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Eres escritor. El vocabulario es tu herramienta, debes utilizarla, entonces, para expresar lo que quieres contar. </b>Si decides entrar con un texto a saco, expresalo del mejor modo posible sin que tu personaje parezca un acosador, un grosero o un cateto de pueblo. ¿Quieres narrar un encuentro sexual entre dos jovenzuelos del extrarradio malhablados? Muy bien, pero<b> no mezcles lo coloquial con lo narrado, una cosa es el estilo narrativo de un texto y otro el tono de un diálogo. </b></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Si decides entrar a saco con tu texto, lo peor que puedes hacer es ser grosero. Entrar a matar es sinónimo de pasión desenfrenada, vehemencia, locura; si quieres que tu texto comience con dos personas haciendo el amor o follando —ambas son perfectamente válidas—, no introduzcas las escenas con calzador y utilizando palabras relacionadas con el sexo solo para demostrar que tus personajes son “naturales”. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hay situaciones en las que la naturalidad bien introducida, queda natural —valga la redundancia—. Pero en otras la naturalidad está completamente fuera de lugar. <b>Hay un momento para cada cosa, ser natural no es sinónimo de usar palabras como fuego a discreción, no es repetir el mismo término una y otra vez</b> para parecer muy macho —o muy hembra—, ni es comportarse como un descerebrado. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y cuando una escena, y en especial, una palabra en un texto erótico, está fuera de lugar, o bien causa risa o, en la mayoría de los casos, enfado. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">3. Ser violento sin razón</span></b></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Soy la primera que escribe sobre relaciones D/s. A las pruebas me remito. No tengo nada en contra de estas prácticas, cada uno en su casa puede hacer lo que le dé la real gana, no me voy a meter con eso. Pero creo que el asunto es muy fácil que se vaya de las manos. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No todas estas relaciones son violentas y desagradables. Y, si lo son, siguen estando dentro de un marco erótico. Puede haber amor en una historia de violencia —ya hace falta una buena justificación para eso—, pero no comparto que haya amor en una historia de maltrato y vejaciones. Estamos hablando de narraciones eróticas, si quieres hablar de violencia gratuita te has equivocado de género —y a lo mejor necesitas hacertelo mirar—. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Escribir sobre relaciones de dominación y sumisión —ya me meteré con este asunto en otro artículo bien largo—, <b>no es hablar sólo de humillación y azotes. Hay un mundo dentro de ese universo, es algo más que atar a un hombre o una mujer y ponerlo de rodillas delante de otro personaje que no habla ni se comunica, solo domina porque sí</b>. Según tengo entendido, en este tipo de relaciones, la comunicación es una parte fundamental, sino la más importante. Así que si quieres contar una relación así, primero documéntate bien y después, documéntate mejor. Hablar con expertos en la materia está muy bien, pero reducirlo a una o dos personas, no es suficiente. Has de tener una visión mucho más amplia y, en especial, tener claro que vas a narrar erótica. Despertar de los sentidos, ¿recuerdas? </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y mo todas las personas que practican estas cosas son enfermos mentales con un problema que tiene que ser solucionado, ni gente que arrastra un trauma de la infancia y necesita ser salvado. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>No intentéis justificar las tendencias sexuales de vuestros personajes eróticos</b> diciendo que es por algo que les pasó de pequeños, es de primero de escritura. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">4. Pasarte de sexo</span></b></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un extra de sexo en tu novela está muy bien. Un extra en una familiar triple con cuatro ingredientes, pues quizá empacha, ¿no? Es perfecto que los personajes se sientan atraídos el uno por el otro, pero utilizar cada rincón de la habitación/casa/coche para escribir la misma escena pero con otra postura, sin motivo y sin razón, solo para rellenar, aburre. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Si has decidido que tu novela va a llevar extra de sexo, utiliza los recursos a tu alcance. Deberías tomarte la molestia de, al menos, hacerlas diferentes unas de otras. <b>Diferentes no quiere decir utilizar una postura distinta, ni añadir un objeto nuevo, sino darle una finalidad que antes no tenía. </b>Tu pareja de personajes se ha ido a la cama, ¿qué razones hay para que escribas todo lo que hacen allí? ¿Acaso has contado con el mismo lujo de detalles, todas las duchas que el personaje masculino se daba por las mañanas? ¿O la ceremonia del té que se prepara la protagonista? </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>El interés de una escena erótica no está en las veces que el protagonista es capaz de llevar el orgasmo a la chica, está en las sensaciones que los dos </b>—o los tres—, <b>experimentan durante esa relación</b>. No hace falta que escribas todas las escenas de principio a fin.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>5. Quedarte corto</b></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>No prometas algo que luego no puedes cumplir.</b> <b>La insinuación es un muy buen recurso</b> para estos textos, es la mejor opción para generar un contexto y conseguir que el lector entre en materia, que empiece a sentir curiosidad hacia ese personaje seductor y misterioso. Erotismo de primer nivel, éxito asegurado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Puedes generar una enorme expectación en torno a un personaje</b>, pero tienes que tener cuidado. <b>Es posible que en tu intento de hacerlo tan misterioso, caigas en tu propia trampa y desvelar que, en realidad, ese personaje está vacío por dentro.</b> Cumplir con las expectativas del lector es muy difícil, en especial si decides escribir erótica. Si tus personajes insinúan ser de una manera, has de tener claro a dónde los vas a llevar. Dar marcha atrás en el último momento, bien porque no te atreves a seguir, bien porque no sabes qué hacer con ello, genera decepción. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por eso, antes de lanzarte hacia cosas que no tienes claras, es bueno diseñar el personaje desde el principio, sabiendo hacia dónde lo quieres llevar. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hasta aquí el artículo de hoy, la semana que viene los siguientes puntos. <b>¿Estáis de acuerdo con alguno? ¿Cuáles son las cosas que más os fastidian de una escena erótica? ¿O de una historia con extra de sexo?</b> Pasadlo bien. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-60425318100921220072015-06-08T18:30:00.000+02:002015-06-30T19:44:11.479+02:00Erótica con extra de sexo (I)<div style="text-align: justify;">Buenos días. Hoy vengo a hablar de un tema un poco viejo, una reflexión hablada y comentada hasta el infinito y sobre la que he debatido en algunos encuentros de novela romántica. Este es un punto de vista personal y puede que no estéis de acuerdo conmigo, en ese caso os invito a dejar todos los comentarios que os apetezca.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los distintos tipos de novela catalogada como género erótico que he encontrado en las librerías en estos últimos años puedo resumirlos en dos: la novela erótica y la que yo he llamado extra de <strike>queso</strike> sexo. ¿La diferencia fundamental entre un texto erótico y otro en el que hay extra de sexo es que en el erótica hay sexo cargado de metáforas y simbolismos y en la otra mucho sexo explícito? Pues no. En una novela erótica también puede haber mucho sexo explícito y a veces puede haber mucha menos narración sexual que en una novela con extra de sexo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>¿Qué es una novela con extra de sexo? ¿Qué es una novela erótica?</b> Está claro que esta percepción cambia mucho según a las personas a las que pregunto, por eso en el artículo de hoy voy explicar qué es cada cosa. Eso no quiere decir que unas sean las buenas y otras las malas, a cada cual le gusta leer un tipo de género y si es aficionado a la erótica sabrá lo que más le apetece leer. Pero si estáis pensando en comenzar una novela en la que vais a incluir mucho sexo en la historia, vais a tener que pensarlo antes de sentaros a escribir como si no hubiera un mañana. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Llamamos género erótico a toda historia en la que aparezca una teta,</b> y esto es un error. Dejando a un lado lo que los libreros hagan en las estanterías de sus tiendas para ordenar tanto libro, hay novelas románticas con pequeños párrafos dónde se narra una relación sexual entre dos personajes y lo han metido dentro del mismo saco que novelas dónde se habla de la tormentosa relación entre un hombre dominante y una mujer sumisa. También están junto a esas novelas con abundancia de sexo narrado de forma explícita que parece más una excusa para añadir sabor a la pizza que porque realmente haga falta.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Cual es entonces la diferencia? <br />
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</div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">Erótica</span></b></div></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>En una historia erótica, centramos la narración en la relación sexual que se establece entre uno o varios personajes.</b> En los protagonistas surge una atracción, uno o los dos (o varios) toman conciencia de su deseo y deciden llevarlo a cabo. La finalidad de esta historia es la evolución del comportamiento de los personajes y la relación (sensual) que establecen entre ellos, así como las consecuencias de haber establecido esa relación. El amor (el romance) puede ser algo que llega después de haber iniciado la relación sexual —es estupendo si sucede eso—, o puede no aparecer nunca —eso sería muy triste—. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>En las historias eróticas, la trama sensual evoluciona con los personajes.</b> Debe ser, en si misma, otro personaje más con un inicio, un desarrollo y un desenlace, que viaja en paralelo con los protagonistas y se transforma con ellos. Puede que la trama sea trágica, puede que la trama sea amorosa, todo depende de lo que quieras contar, solo has de tener claro que <b>el erotismo es un tercer personaje </b>que no debes olvidar y la historia se centra en eso, en la parte sexual. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>No necesariamente esa parte sexual ha de estar desarrollada con todos los detalles posibles. </b>De hecho, los personajes no necesariamente han de estar teniendo sexo para despertar erotismo. Al ser <b>una atracción basada en los sentidos y en las emociones que se experimentan durante su relación</b>, es el cerebro lo que juega la parte más importante, la reacción ante cualquier estímulo es lo que ofrece ese factor erótico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;"><b>Extra de <strike>queso</strike></b> <b>sexo </b></span></div></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En una novela con extra de sexo —como el extra de queso en una pizza, sí—, <b>la parte sexual de la trama aparece después de que los personajes hayan iniciado una relación romántica o después de haber iniciado cualquier otra historia. </b></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En el fondo, el erotismo de estas novelas es un extra de nata que le da sabor a nuestro helado de chocolate romántico. Para empezar, nuestros protagonistas ya se han enamorado. Puede que lo hayan hecho al principio y no lo confiesen —o sí—, y quizá inicien una relación sexual para estar seguro de que están enamorados —cuantas más veces, mejor, por si todavía albergan dudas—. A lo mejor no están enamorados pero sienten atracción y enseguida se van a la cama, pero su relación sexual no pasa de ser un extra, igual que si en vez de tener relaciones se dedican a discutir o a hablar del tiempo. <b>En este tipo de narraciones la trama sexual no es importante, no es el foco de atención de la historia sino una trama más</b> que, por cierto, tampoco debemos descuidar. La trama con su inicio, nudo y desenlace es otra diferente: un crimen, la salvación de la especie humana o encontrar petróleo; pero no se trata de algo realmente importante. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Lo vemos ahora un poco más claro? Pues si no es así, seguid leyendo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hay conceptos que se entrecruzan, la línea que divide la erótica del sexo explícito y el exceso de sexo en una trama romántica es muy fina y en ocasiones, difusa. En una novela erótica puede haber mucho sexo explícito y seguir siendo erótica; una novela con mucho sexo puede no ser en absoluto erótica. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">Erotismo, el tercer (o cuarto) </span></b></div></div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">personaje</span></b></div></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>En una novela erótica,</b> como ya he dicho antes, <b>existe un tercer personaje </b> así que<b> lo ideal es diseñar el tipo de relación sexual que los protagonistas establecen y decidir, desde el principio, la finalidad de esa relación. </b>¿Y qué finalidad se busca en una trama/escena erótica? Depende de la idea que tengas para con tu historia. ¿Quieres hablar de los beneficios que aporta una relación entre tres personajes? ¿O prefieres apoyarte en la idea del despertar sexual de un hombre joven? A lo mejor lo que quieres contar es cómo funciona la prostitución masculina en la sociedad inglesa del siglo XIX, o hacer una crítica sobre la retrógrada sociedad neyorquina de los años veinte. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Centrándonos en la novela romántica, puede que desees contar la historia entre una mujer normal —y virgen, porque en los detalles está lo importante—, que un día conoce a un hombre poderoso que le hace proposiciones que chocan con su forma de ver las cosas. Ella decide aceptar sus proposiciones basándose en un impulso, ha sentido un interés hacia el hombre que no tiene claro a qué se debe pero que la incita a confiar en él. Así, juntos inician una relación sexual. El roce hace el cariño y a medida que el hombre despierta nuevas sensaciones en ella, ambos comienzan a enamorarse. Debido a la relación tan intensa que establecieron desde el principio, el romance surge sin que ellos puedan ponerle freno y, finalmente, acabarán enamorándose. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y, entonces, ¿cuál es la diferencia entre lo que acabo de contar, que es erótica, con una historia romántica con extra de sexo? Si la tratásemos como una historia erótica, la finalidad de la novela es contar la relación que surge en ellos y explicar porqué ante ciertos juegos sexuales la protagonista descubre cosas de sí misma. No vamos a hablar de nada más, no vamos a dar detalles de su vida fuera e esta relación —y si lo hacemos, será muy por encima—, ni vamos a contar cosas que no tengan nada que ver con la relación. Sí vamos a contar, por ejemplo, cómo la vida de la protagonista ha cambiado en función de las cosas que ha sentido. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Creo que<b> es fundamental a la hora de narrar una escena erótica las emociones que los personajes sienten ante ciertos estímulos y cómo esos estímulos los hacen cambiar y evolucionar. Hay una búsqueda del placer físico y carnal antes que la búsqueda del amor,</b> algo que surge una vez los cuerpos de los amantes se reconocen. La finalidad de la historia está en lo que se quiere contar, si decides que quieres narrar la evolución sensual de los personajes estarás haciendo una historia erótica. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Y las novelas con extra de sexo? Puede que la novela esté llena de sexo pero la finalidad es otra distinta. Quieres contar, por ejemplo, lo que le sucede a un personaje en un momento concreto de su vida y, en ese camino que recorre el personaje, se cruza una persona de la que se enamora y con la que mantiene una relación erótica. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">La regla del todo vale, </span></b></div></div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">no vale. </span></b></div></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Voy a hacer uso de la RAE, aunque no me va mucho eso de poner cosas del diccionario. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b><i>erótico/a: </i></b></div><div style="text-align: justify;"><i>1. adj. Perteneciente o relativo al amor sensual.</i></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><b><i>sensual:</i></b></div><br />
<div style="text-align: justify;"><i>1. adj. Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos. </i></div><div style="text-align: justify;"><i>2. adj. Se dice de los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos. </i></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En una historia erótica, tanto si tu trama es erótica como si es un extra de sexo, debe primar el sentido común. Seguro que habéis pensado muchas veces, viendo alguna película o una serie —a Juego de Tronos me remito que así seguro que lo vais a entender—, que por qué aparece tanto desnudo y tanta teta en primer plano. Lo que viene siendo un <i>“desnudo gratuito”</i> de toda la vida. Pues muchas de las novelas eróticas vienen cargadas de <i>“escenas gratis</i>” como si fuesen los extras de un DVD. Subtítulos en cinco idiomas, comentarios del director y cosas varias. Oye, a la gente le gusta, pues qué maravilla, pero eso no significa que dentro de una novela erótica haya que poner todo el sexo del mundo. No, no funciona eso del <i>“cuanto más sexo, más sabor”. </i></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>No todas las historias necesitan sexo para sostenerse.</b> Como nuestra novela es erótica, ancha es Castilla y todo vale a la hora de plasmar la sexualidad más natural y fiel a la realidad posible, sin tener en cuenta <b>uno de los factores más importantes del erotismo: la sensaciones y los sentidos.</b> No voy a decir que el sexo explícito es escribir mal y escribir con metáforas es el camino correcto, el grado de detalles que, como escritores, queréis añadir, dependerá de vuestro estilo. Pero <b>no todo vale. </b>No vale que utilicéis como excusa el erotismo para escribir cualquier cosa ni para justificar una historia sin sentido. Si has decidido escribir una historia erótica tienes que plantearla con mimo y con cuidado, debe haber una justificación razonable para todo lo que estás escribiendo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Quieres contar una historia en la que una mujer tiene relaciones sexuales con un atractivo velociraptor? Adelante, no te cortes, eres libre de hacerlo. Pero, y creo que esto es lo más importante a la hora de escribir erótica o extra de sexo, hazlo creíble. Haz que me crea lo que me estás contando, haz que esa relación esté cargada de un millón de nuevas sensaciones y habrás conseguido tu propósito, escribir una historia erótica entre una mujer y un velociraptore. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El sexo explícito debe estar cortado por el mismo patrón. Puedes ser todo lo gráfico que quieras pero si añades un componente emocional y hablas de emociones —no necesariamente románticas— estarás despertando un interés y otorgándole la categoría de erótica. He oído siempre que erótica es insinuar antes que mostrar y hasta cierto punto es verdad. Pero tampoco hay que ser mojigatos a la hora de escribir, si has comenzado una novela erótica no pases por encima de puntillas, afronta lo que estás haciendo con valentía porque, como ya dije en el artículo anterior, todo depende de la intención que le quieras dar a la historia. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿<b>Qué os parece? ¿Os he liado un poco? ¿No he sabido explicarme bien? </b>Os invito a que me deis vuestra opinión al respecto. Un beso. </div>Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4277180766377994869.post-16161933063956658532015-06-01T18:30:00.000+02:002015-09-09T19:09:49.398+02:00Guía introductoria para escribir una escena erótica<div style="text-align: justify;">
¿Cuántos libros eróticos se publican cada mes? Muchos. Demasiados. Ninguno me gusta.<br />
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Más del 90% de lo que se etiqueta como erótico, no lo es, y la mayoría carece del estilo que a mí me gusta trabajar —sobre este tema hablaré largo y tendido en otros artículos—. Por eso quería comenzar con algo muy básico: explicando cómo trabajo el erotismo en los relatos y cómo lo aplico también a novelas. <b>Esta pequeña guía es una narración sobre la primera vez que escribí un texto erótico y son los consejos que os daría si tuvierais que escribir algo erótico. </b>Ni mucho menos pretendo dar con la clave para escribir una buena escena, estos son los pasos que he seguido durante todo este tiempo y me funciona, si bien es cierto que a veces me los salto (oye, es mi método, ¡hago lo que quiero con él!). Puede que a otros escritores no les sirva para nada y seguro que no todo el mundo estará de acuerdo con algunos puntos. Pero en fin, esta es mi historia y espero que os guste y, en especial, que os sea de utilidad.</div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">1.- El momento y </span></b></div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">el lugar adecuado</span></b><br />
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Andaba yo tan feliz conmigo misma escribiendo la escena que concluía un capítulo. Era una escena “normal” y “corriente” (no estaban pasando cosas buenas precisamente) y buscaba la forma de cerrar el episodio. El texto pertenecía a una novela de fantasía épica en dónde había caballeros, demonios, dragones, héroes <i>fantabulosos </i>y villanos malvados y muy molones. Mientras estaba escribiendo se me cruzaron los cables y de eso que no tiene nada que ver una cosa con la otra, pensé que era el momento perfecto para introducir una escena erótica. Así, sin más. Debió darme un chispazo con aquella tostadora que era mi ordenador, fijo. </div>
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Nunca había escrito nada más allá de un beso y eso ya me daba vergüenza ponerlo por escrito. Roces de labios, uh, calla *se sonroja*. Pero me apetecía intentarlo, porque si escribía esa escena justo <i>ahí</i>, el final del capítulo iba a ser MUY épico. Y no hay nada como terminar un capítulo por todo lo alto, ¿verdad? Así que la escribí. A la primera, sin pensar, ahí vomitada sin ton ni son. Era el momento y el lugar adecuado para introducirla. La escena, quiero decir. </div>
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<b>El momento y el lugar adecuado es lo más importante de una escena erótica. Un buen inicio es lo que convertirá al texto en algo emocionante</b> pero si ese inicio no es el adecuado el resto del texto es un aburrido intercambio de fluidos. Pensadlo, seguro que os ha pasado. Cuando el inicio de una escena te deja frío da igual las acrobacias que haga el protagonista, leer cómo dos personajes se tocan, se besan y se penetran sin la más mínima chispa, es incómodo. Y lo confieso, si eso pasa, salto la escena y continúo leyendo, ignorando lo que acaba de ocurrir. </div>
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Un inicio adecuado no empieza con preliminares ni besos, ni ropa desgarrada o deslizada por el cuerpo. Eso también puede ser aburrido. Estoy segura de que habrá pasado alguna vez, tener muchas ganas de dar rienda suelta a nuestra lujuria y el lujurio/a que está con nosotros va despacito. Y acabas desesperándote con esos preliminares porque quieres entrar en combustión y no puedes. Lo mismo pasa con una escena erótica, si te pasas de preliminares nunca llegarás al final. <b>El comienzo perfecto de la escena es ese instante en que dos personajes se miran y se desean. </b>Lo ves, lo palpas, lo sientes, tus personajes se acercan el uno al otro apartando a todas las personas que hay por medio, se abrazan, se besan, se desnudan y ahí mismo se funden piel con piel para arder juntos. <b>Busca el momento exacto, el momento correcto, la temperatura correcta en la que el hielo se funde o el agua hierve.</b></div>
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<b>Y ya está. No escribas más</b>, no hace falta. De verdad, no me cuentes películas ni me describas la ropa. Eso me lleva al punto:</div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">2.- El tono y </span></b></div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">el estilo de la escena</span></b></div>
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No todo el sexo es igual ni toda la erótica es igual y los personajes no actúan de la misma manera ante las mismas situaciones. Por tanto, <b>el tono y el estilo de la escena ha de ser distinto según el inicio que hemos dado a la escena. </b></div>
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En el caso de mi primera vez la escena era una completa locura. Por lo tanto, el tono y el estilo se tenía que corresponder, tener una coherencia que diera sentido a lo que estaba pasando. Esa coherencia está en el tono. La escena era una locura porque fue algo precipitado, no estaba planeado ni por mí y tampoco por los personajes. Querían pero no podían y, además, sabían que estaban haciendo algo horroroso (<a href="http://cuentosin.blogspot.com.es/2012/02/un-suspiro-irresistible.html">podéis leer la escena, lo entenderéis mejor</a>).</div>
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La voluntad del querer y desear era más fuerte que ellos, así que se necesitaba un tono y un estilo concreto para ligar el final de la escena anterior con esta. <b>Una vez encuentres el momento y el lugar adecuado, hay que elegir con cuidado el tono y el estilo</b>. Si es una escena divertida, llénala de cosas divertidas. Si la escena es muy seria, haz que sea seria. Si la escena es trascendental como un poema de amor, llénalo de metáforas —sin pasarse, <b>¿he dicho ya que no aburras?</b>—. ¡Pero!, importante, no mezcles conceptos. Eso me lleva a:</div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">3.- Vocabulario dentro </span></b><br />
<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">del contexto</span></b></div>
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<b>El lenguaje castellano tiene una gran variedad de términos y existe una cosa fantástica que se llama sinónimos.</b> Cada sustantivo o adjetivo que emplees en tu relato o texto tiene un sinónimo correspondiente. Es decir, tiene una palabra que es distinta pero que significa lo mismo. ¿No es genial? ¡Mola un montón!</div>
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Conozco varios tipos de relatos eróticos y en mi periplo por este mundo he diferenciado dos muy comunes que se producen con bastante frecuencia. Uno de ellos lo denomino el <i>anatómico</i>, que es aquel texto en el que la anatomía humana es más importante que la escena. Se describe una relación sexual con todo lujo de detalles y nombres técnicos. Solo falta conocer el grupo sanguíneo e incluso el nivel de glucosa en sangre durante el coito, todo un ejercicio de anatomía que ni los que están estudiando el MIR. Al otro lo llamo el <i>tosco</i>, aquel en el que las cosas están nombradas de cualquiera manera, así, sin anestesia, y por querer ser naturales al final el texto es incómodo y difícil de leer sin torcer la cara. Luego hay un tercer tipo de texto que me fascina, el <i>soso</i>, dónde no hay nada de nada de nada de nada. Ya hablaré de eso en otro momento. </div>
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Si antes comentaba lo del estilo y el tono, aquí llega el momento de elegir vocabulario. Quería llamar a esta sección con otro nombre pero no quería ser maleducada, pero con esto seguro que entendéis lo que quiero decir: <b>"Nada de pollas cuando no toca"</b> (gracias Feli por tan maravillosa frase).</div>
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<b>Hay palabras que, en un contexto concreto, suenan estupendamente</b> (sí, una polla bien puesta puede hacer maravillas). <b>Otras en cambio, no</b> (cuando una polla te salta a la cara, sí, tal cual). Una polla (van tres, odio esta palabra, pero es que quiero dejarlo claro) mal puesta es el término más común de estos textos, igual que lo es un coño (el insulto no, el otro) y otras palabrejas que dan verdaderos escalofríos. Es fantástico que uno quiera llamar a las cosas por su nombre coloquial, que queda más natural y tal. Pero creedme, no todos los personajes, por ser cómo son, las emplean. Si tu protagonista es un joven un poco tímido, por muy machote que sea en la cama no va a emplear la palabra polla. Si la muchacha en cuestión es muy desinhibida, es probable que la utilice. Si me dices que tus labios son como mariposas no metas una p… dónde no toca. <b>C.o.h.e.r.e.c.i.a. </b></div>
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<b>Las palabras neutras están ahí y se pueden hacer maravillas con ellas. No vayáis a lo fácil, eso dice muy poco de vosotros como escritores.</b> Así lo veo, así lo digo. Hay una gran diferencia entre las palabras coloquiales y las de una narración. No quiero obligar a nadie a escribir de una manera concreta pero hay que ser coherentes con lo que se está narrando. </div>
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Bien, ya me he desfogado. Pasamos al siguiente punto:</div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">4.- ¿De verdad hacía falta?</span></b></div>
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<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br />
</span></b></div>
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Has encontrado el momento perfecto. Ya sabes de qué va la escena, por eso has buscado el tono y el estilo. Sabes lo que quieres escribir. Ahora <b>pregúntate si esa escena hace falta. ¿No? Pues no la escribas.</b> Un momento erótico, si lo incluyes, es un momento importante.</div>
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¿Por qué lo es? Supón que tu personaje va a comprar al supermercado. Se detiene en el estante de la leche. Se debate entre una botella de leche entera o una semidesnatada. La diferencia de precio es inmensa, puede que con esos céntimos pueda pasar el fin de mes. ¿Es importante para tu historia escribir el debate interno de un personaje comprando leche? ¿No? ¿Para qué lo escribes, entonces? Pues lo mismo con la escena erótica. ¿Cambiará algo en la vida del personaje si hace el amor con otro personaje o es un mero trámite que has decidido incluir? Piénsalo. Porque si lo único que vas a escribir es un ejercicio de contorsionismo no vale la pena que lo hagas. </div>
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<b>Un acto erótico dentro de una novela es algo que debe evolucionar. ¿Para qué la incluyes si no sucede nada entre los personajes?</b> Me dirás, es que con la relación se enamoran. Muy bien, demuestra que ese sexo maravilloso ha servido de algo. Demuestra que, mientras el personaje retoza con otro, está sintiendo cosas. No calorcillo o excitación. <b>Un personaje piensa, siente, la cabeza le da vueltas fantaseando con un millón de cosas, arde de los pies a la cabeza y no entiende porqué. No lo conviertas en un mero trámite solo porque está de moda, no lo escribas si no es necesario. </b>¿Quieres escribirlo? Pues dale caña. Haz algo increíble con la escena, convierte una escena común (las escenas de sexo narrado son todas iguales, por cierto) en algo inolvidable. Trabaja la escena como si fueses a cambiar el mundo. Como diría Jordi Cruz, “Rock&Roll” (perdonad, es que su voz diciendo eso hace que me entren los calores…)</div>
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Una vez tengas claro que vas a modificar el eje de rotación de la Tierra con tu texto, llegamos a:</div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">5.- La coreografía</span></b></div>
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<b>No vale de nada escribir una escena erótica si no sabes lo que quieres contar o transmitir.</b> Por eso, igual que cuando describes a una persona lo haces en un orden concreto (o deberías hacerlo según el impacto que quieras darle al personaje) <b>es recomendable que pienses en tu escena como si de una coreografía se tratase.</b> Las personas que componen la escena (una, dos, varias, las que quieras) ocupan un espacio y un lugar, y aunque no lo creas, tienen sentimientos. Haz que cualquier gesto sea importante, que cada movimiento se suceda con otro de forma natural y así, completa el baile y termínalo como mejor te parezca. </div>
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Es interesante que antes de escribir la escena, la pienses detenidamente. <b>A dónde quieres llegar con esa escena, qué quieres explorar, qué quieres contar y a partir de ahí, desarróllalo todo de principio a fin. </b>La forma en que los personajes intervienen en la escena es importante para el avance de la misma. No trates una escena erótica como una mera formalidad, si haces eso no la pongas, porque entonces no es importante. Si no es importante, prescinde de ello. </div>
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¿Quieres describir una escena de sexo explícito? Fantástico, piénsala antes de escribirla. Después haz una progresión de menos a más utilizando el lenguaje y un estilo que más te atraiga. Si la escena es apasionada, usa descripciones vehementes —que no descripciones gráficas—; si la escena es tierna, escribe caricias tórridas y electrizantes —y no aburras con los detalles—; si tu escena es salvaje y desenfrenada, usa frases cortas para conseguir mayor impacto. </div>
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Pero <b>lo importante es tener claro lo que van a hacer los personajes.</b> Hasta puedes tomarte la molestia de pensar si lo harán en la cama o encima de la mesa de la cocina, en función de lo que quieras transmitir. Y, por favor, ten en cuenta el mobiliario y en especial, la ropa que llevan puesta. <b>Es imprescindible que pienses la escena, que la visualices paso a paso</b> para evitar que aparezcan ropajes que antes no estaban, caricias en lugares que ya están ocupados, o diferencias de altura que hacen imposible una penetración. Deberías cuidar, incluso, el color de tu escena. Lo digo en serio. Piensa en el color que predomina en la escena y utilízalo en tu favor. </div>
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Una vez lo tengas todo pensando ha llegado el momento:</div>
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<b><span style="font-family: inherit; font-size: x-large;">6.- Relájate (y disfruta)</span></b></div>
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<b>No mires tu escena erótica como algo contra lo que no puedes luchar. No deberías ni plantearte que estás delante de una escena erótica. Has de ser racional con tu texto</b> igual que cuando escribes una escena en la que dos amigas están tomando un café y hablando de sus problemas de vestuario; o cuando escribes como un vampiro desgarra el corazón de su víctima y se baña en su sangre y entrañas para horror de una protagonista que pasaba por allí y es salvada por el cazavampiros de turno. Relájate y haz que sea lo más natural posible. <b>Los eufemismos funcionan si la escena lo necesita, las palabras groseras funcionan si la escena lo necesita. No te agobies, escribe.</b> Una vez empieces, si estás relajado, es probable que vengan cosas a la cabeza y quieras cambiarlo. Cuidado, céntrate, si no te gusta cómo ha quedado y crees que eso nuevo que se te ha ocurrido puede ser mejor, reflexiónalo todo de principio a fin incluyendo lo que acabas de pensar. Si funciona, adelante.</div>
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Y eso es todo. Enhorabuena, has escrito una escena erótica. Ahora déjala reposar (ya sabes, tiene que subir la masa y tal) y cuando haya pasado una semana, la lees y la corriges. </div>
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Como conclusión a esta pequeña guía narrada quisiera deciros que podéis ignorar todo lo que he dicho y hacer lo que queráis. Puede que mi forma de escribir no funcione con vosotros, en ese caso os invito a busquéis algo que os funcione. No existen los métodos de escritura perfectos, lo que a un escritor le funciona a otro no. Además, cada escritor tiene su propio estilo y trabaja cómodo dentro del género que mejor conoce y el erótico es un género como cualquier otro. <b>No es fácil, no lo tratéis como algo sencillo que podéis utilizar con libertad, como si no pasara nada. Tomaros en serio lo que estáis haciendo. </b>A lo mejor es que yo me lo tomo demasiado en serio, no sé, pero considero que hay que ser buenos profesionales cuando te dedicas a escribir algo tan íntimo como es la erótica.</div>
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<b>¿Y vosotros, qué opináis? ¿Hace falta darle tantas vueltas al texto? ¿Añadiríais algo a esta guía?</b> ¿Queréis tirarme un libro a la cabeza? Dejo abierto el cajón de sugerencias. Hasta otra.</div>
Patricia Marínhttp://www.blogger.com/profile/00148263973271932838noreply@blogger.com0