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Claves para desarrollar la sensualidad + Guía

9/9/15
He olvidado hablar de la sensualidad como parte del trabajo erótico. Fallo mío.

Un texto erótico tiene que ser necesariamente sensual y no siempre en un sentido sexual. El arte de la sensualidad, al principio de los tiempos, era el despertar de las emociones y los sentidos. Estimular los sentidos es lo que provoca una respuesta física o emocional en las personas. Ahora parece que hemos olvidado que lo erótico es una respuesta a un impulso que nace en la mente de quién ha recibido ese impacto.

En nuestro trabajo como escritores, esta provocación que logra erizar la piel de nuestros lectores pasa por varios caminos antes de llegar al público. De nuestra imaginación a la hoja en blanco, de ahí a una novela, y al final, al lector. Pero cuentan otros muchos factores.

Una novela es algo muy complejo, ya lo sabéis. Yo estoy acostumbrada a escribir relatos cortos, de no más de cinco mil palabras, dónde cuento breves historias siempre centrada en una relación erótica. Me gusta porque puedo utilizar algo tan íntimo como la exposición física y emocional que supone el sexo para narrar emociones que de otra manera, no sabría explicar. Poniendo a prueba la mente y las emociones de los personajes, consigo transmitir una historia. Esa es mi forma de trabajar.

Generando tensión erótica

2/9/15
¿Cuando estamos ante una situación erótica? En el mundo real, el momento erótico es aquel en el que se despiertan o estimulan los sentidos y obtenemos una respuesta física al placer que nos produce. Esta excitación acelera la frecuencia cardíaca y el ritmo de la respiración, sobrecarga los sentidos, aumenta la sensibilidad y deja la puerta abierta a las emociones.

En una historia erótica, también.

Pero, ¿cómo podemos saber que eso que vamos a escribir tiene la potencia erótica necesaria para sustentar toda la escena siguiente? Generar una situación erótica y mantenerla el resto del relato es una tarea laboriosa que no hay que perder de vista. Es necesario alimentarla, alentarla para que no decaiga ni aburra. No todas las situaciones eróticas que generamos tienen el mismo grado de intensidad, así como tampoco todas acaban con los personajes en posición horizontal —o vertical—.

Una situación erótica es aquella en la que los sentidos se despiertan ante un estímulo exterior, sea del tipo que sea. Un personaje observa a otro y hay una reacción química entre ellos. Un personaje escucha una palabra que evoca recuerdos sudorosos y su imaginación se estimula.

Hace poco leía un comentario en una red social en el que una lectora —no muy lectora, precisamente por ese comentario tan poco apropiado— preguntaba a sus seguidores si en una novela erótica era necesario leer una descripción sobre el aroma que interpretaba un personaje masculino cuando se encontraba frente al femenino. Ponía un texto de ejemplo en el que el protagonista hablaba del olor que desprendía una chica, describiendo al detalle todo lo que evocaba en él: cítricos, vainilla, canela… La autora de ese comentario decía que ella se aburría leyendo esas cosas, que para ella no despertaba ningún interés.

Está claro que la erótica de hoy en día ha cambiado de forma radical. En novelas de romance erótico ese tipo de descripciones son fundamentales; lamentablemente, ahora no lo son tanto. De todos modos, la queja de la lectora tenía algo de fundamente, el ejemplo era exageradamente largo, con al menos una docena de adjetivos para una sola cosa.

Es verdad que leer algo así aburre. Pero la respuesta a si se debe leer en una novela erótica el olor de un personaje, sí. ¿Se debe escribir? La respuesta sigue siendo sí. ¿Por qué? Porque un contexto erótico es lo que nos permita generar la tensión y ayudar a que la situación sea lo suficientemente exótica para llamar nuestra atención. Evocando los sentidos del lector llegaremos a sacudir sus emociones y generar tensión.

Otras cinco cosas que no deberías hacer

22/7/15
Ya hemos visto un número de puntos que se repiten en muchas novelas eróticas del mercado actual. Son cosas que no se deberían hacer, pero que se siguen haciendo. No significa que llevar a cabo alguno de esos puntos sea malo o bueno, sino que todo tiene que estar compensado para que la experiencia del lector sea mucho más motivadora e intensa.

Aburrir con una novela erótica es lo peor que te puede pasar. Es importante tener cuidado a la hora de involucrar a los personajes dentro de la trama, siempre dependiendo del tipo de historia que vamos a escribir. Compensar una cosa con otra. Si nos excedemos con el sexo, buscar el contrapunto en otras escenas; si nos quedamos cortos, aumentar el nivel de tensión por otro sitio. Es una cuestión de equilibrio.

Hoy traigo, de nuevo, cinco problemas a evitar en una escena o historia erótica.

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